Editorial

¿Colusión en el mercado de las papas?

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Es comprensible que la fuerte alza observada en el precio de las papas luego del frente de mal tiempo sea motivo de preocupación, dada su importancia en la dieta alimenticia de los chilenos. No obstante, llama la atención que el ministro de Agricultura asuma -sin entregar datos concretos- que detrás de esta alza habría un comportamiento contrario a la libre competencia en algunos actores de este mercado. Específicamente, una supuesta colusión de parte de los distribuidores de mayor tamaño, como ha denunciado ante la Fiscalía Nacional Económica (FNE).

En cualquier mercado, la tendencia del precio es consecuencia de la evolución de la oferta y de la demanda. En el caso de las papas, la superficie sembrada ha venido disminuyendo en los últimos años por factores de rentabilidad y costos, y también por la sequía. Por tanto, la tendencia alcista no es algo reciente, si bien se ha acentuado en las semanas recientes.

La acusación del ministro de Agricultura es grave y debe ser respaldada por antecedentes concretos que la acrediten.

Atribuir esto último a conductas anticompetitivas es algo más difícil de probar. Son más de 20 mil los agricultores que participan en este mercado a lo largo del país, lo cual le resta toda viabilidad a alguna concertación entre ellos. Y en el caso de la distribución, los mecanismos son variados: hay abastecimiento directo en algunos casos, en otros participan las grandes cadenas de supermercados, y hay también otros mercados mayoristas que abastecen a las ferias libres, etc. Lograr una concertación a este nivel también es algo difícil de concretar, en atención a la diversidad de actores que participan.

Parece cierto que algunos distribuidores han guardado mercadería en sus bodegas, pero ello podría deberse a que esperan un mejor momento para su venta, lo cual ocurre en muchos mercados y es una conducta absolutamente legítima, y que a fin de cuentas contribuye a estabilizar el precio a largo plazo. Con todo, puede señalarse que las características que presenta el mercado de las papas lo convierten en uno en que eventuales prácticas competitivas son difíciles de tener lugar.

La acusación del ministro de Agricultura es grave, y de no ser respaldada por antecedentes concretos que la acrediten, no sólo arriesga ser un costoso traspié para el Gobierno, sino que puede causar un injustificado daño reputacional a los acusados.

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